Septiembre de 2014

Hace tres años, me propuse ser voluntaria y ayudar a los niños necesitados. Una cosa llevó a la otra y mi investigación me llevó a la organización JAME, que parecía encajar perfectamente con mi visión de la tutoría. Mi primer encuentro fue realmente concluyente: sentí que mi pasión por ayudar era realmente compartida.

Unos días más tarde, ya estaba sentado junto a Kevin, de 6 años. A pesar de sus desgarradores antecedentes familiares, su incontrolable hiperactividad, su deletérea alimentación y su desgarradora pobreza, comencé a abrirle mi arsenal de libros. Pronto me di cuenta de que no tenía ningún interés en ninguno de ellos y que mi tarea sería desalentadora. Después de algunos intentos, se dignó a prestar atención por un breve momento, de reojo, a un libro de imágenes sobre bomberos. Ha picado", dijo. Ha mordido", pensé. Poco a poco, Kevin empezó a pedir libros de detectives, camiones, aviones y piratas. Al cabo de unas semanas, Kevin era capaz de leerme algunas frases.

Este año, JAME me dio la responsabilidad del pequeño Sayan. Quebequense de origen bangladesí, Sayan hablaba un "inglés" difícil de entender. Odiaba la escuela. Varias veces a la semana, después del colegio, intentaba que le gustaran las letras y los libros, pero sin éxito. Así que inventé juegos de palabras y letras para él: le encantaban y pedía más. Para contrarrestar su comportamiento tan disruptivo en clase, le motivé con el deporte el fin de semana. Una semana completa de comportamiento escolar ejemplar merecía un nuevo deporte. Semana tras semana, Sayan descubrió el patinaje, el deslizamiento, el hockey, el béisbol, el fútbol, el bádminton, el ciclismo, el patinaje en línea y la natación. En tan sólo 4 meses, Sayan está mucho más tranquilo, más atento, más motivado, más autónomo y, sobre todo, muy orgulloso de decirnos: "¡Hoy tengo cero errores!

Habiendo experimentado yo misma dificultades académicas a la crítica edad de 6 años, me siento privilegiada de poder contribuir al desarrollo de niños (y padres) con dificultades académicas. Estoy muy orgulloso de trabajar con JAME, que siempre ha estado ahí para apoyarme.

Patricia, Svetlana y Audrey: estáis construyendo un mundo mejor... un niño a la vez. Muchas gracias.

Harry Kougioumoutzakis

Voluntario, JAME